Tengo un hombre crucificado en el pecho; se incrusta por mi piel mientras sus labios me lamen la garganta y su mirada se me clava como cuchillos en la tráquea. Los brazos me aprietan las clavículas hasta verlas estallar; y las manos se sostienen de mis hombros que ya no aguantan el peso y se quieren desplomar como lo hicieron alguna vez mis pensamientos.
Las piernas se cruzan y los pies se atan a mi estómago reteniendo todas las palabras que quisiera vomitar. Su cuerpo me sangra por dentro, me envenena y me destiñe las entrañas. Sus palabras me viven, me acompañan hasta hartarme, hasta creer que ya no respiro si no lo tengo.
Y aunque duela, aunque marchite y enloquezca, aunque me haga vibrar y llorar con la misma intensidad no me lo puedo quitar, no lo quiero quitar.
Muchas tenemos un hombre crucificado en el medio del pecho que nos empuja o nos detiene, que nos asusta, nos corroe y nos miente; que –creemos- son otros huesos envueltos con nuestras propias pieles, pero que no son más que nuestros propios pensamientos masoquistas que, muchas veces, nos inventamos sólo para sentirnos cruelmente vivas.
Las piernas se cruzan y los pies se atan a mi estómago reteniendo todas las palabras que quisiera vomitar. Su cuerpo me sangra por dentro, me envenena y me destiñe las entrañas. Sus palabras me viven, me acompañan hasta hartarme, hasta creer que ya no respiro si no lo tengo.
Y aunque duela, aunque marchite y enloquezca, aunque me haga vibrar y llorar con la misma intensidad no me lo puedo quitar, no lo quiero quitar.
Muchas tenemos un hombre crucificado en el medio del pecho que nos empuja o nos detiene, que nos asusta, nos corroe y nos miente; que –creemos- son otros huesos envueltos con nuestras propias pieles, pero que no son más que nuestros propios pensamientos masoquistas que, muchas veces, nos inventamos sólo para sentirnos cruelmente vivas.
1 comentario:
Navidad en el cielo
No te olvides de dejarme la llave, Bubulina
Ese hombre en tu pecho
se está convirtiendo en una bolsa de barro.
Arremangate
Me voy a tomar un whisky. Salud.
Pol Verlain
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