miércoles, 28 de enero de 2009

Heridas

Las heridas son rencorosas, quedan plácidamente abiertas, dejan ver entrañas, tripas y venas que se mezclan y se revuelcan. Después del dolor real, no se niegan a desaparecer, persisten en el tiempo, son lágrimas tatuadas en los rostros, aire espeso que no se puede respirar.
Y así nos encontramos, tan heridos, tan abiertos los corazones. Y así nos quedamos, tan atontados y aturdidos, tan sin cerrar heridas que de a poco nos abren toda la piel.

domingo, 25 de enero de 2009

Escribe

Antes de poder deshacerse en palabras del torbellino de sentimientos que la desconcierta, pasa horas en silencio, recorriendo la habitación con los ojos agigantados, abriendo y cerrando un cuaderno. De vez en cuando los parpados se le caen y recuerda alguna escena, de a ratos su rostro se llena de risas o de alguna lágrima que se desliza apurada por su mejilla.

Después de horas, logra mover la mano derecha y plasmar la primera palabra. Le cuesta comenzar, odia enfrentarse a ese abismo tan grande y oscuro que son sus sentimientos, a veces le parece imposible tomarlos a todos y plasmarlos en palabras; le teme a la hoja en blanco, a esos espacios vacios que deben ser rellenados. Pero una vez que se enfrentó a la hoja, las palabras no paran de sangrar, no hay manera de evitar la hemorragia verbal.

Y así comienza a escribir eso que tanto le cuesta: su existencia. Escribe historias románticamente trágicas, fragmenta la realidad y la mezcla con los sueños, con las ilusiones despedazadas, con un poco de agonía o melancolía. Escribe y sonríe, aunque duela. Escribe y nota que las historias son siempre distintas pero que, paradójicamente, siempre es el mismo y amargo final: la soledad.

jueves, 8 de enero de 2009

Pasos


Creyó que sus pies se movían, creyó caminar, correr y saltar. Y por creer que podía superarlo, resbaló y se dio cuenta que seguía transitando los mismos lugares, estaba dando pasos sobre sus huellas. Aún no pierde esa vieja costumbre de coleccionar ilusiones destrozadas.