miércoles, 28 de enero de 2009

Heridas

Las heridas son rencorosas, quedan plácidamente abiertas, dejan ver entrañas, tripas y venas que se mezclan y se revuelcan. Después del dolor real, no se niegan a desaparecer, persisten en el tiempo, son lágrimas tatuadas en los rostros, aire espeso que no se puede respirar.
Y así nos encontramos, tan heridos, tan abiertos los corazones. Y así nos quedamos, tan atontados y aturdidos, tan sin cerrar heridas que de a poco nos abren toda la piel.

1 comentario:

Anónimo dijo...

También se lamen las heridas.