martes, 21 de abril de 2009

Lo que me pasa de noche

Aún perdura el aroma de tu nombre en la habitación. La cama se hunde y se deshace sólo de un lado; de mí lado. Las canciones y tu voz se revuelcan en las paredes, entre las sombras y la luz de los faros de algún auto inquieto.
No puedo dormir, los parpados se pegan pero no despegan hacia sueños. Quizás el sonido de las gotas golpeando el suelo, o el frío desesperado, me desconcentran.
Por la ventana entran voces desde afuera, se escucha el sonido de una ciudad -noctámbula y gigante- que desafía a los sueños para mantenerlos despiertos.
Sigo sin poder dormir, porque tu aroma se pasea por mi piel, porque éste abril mojado me inunda el corazón, porque tu fría lejanía se encargó hasta de congelarme la razón. Sigo sin poder dormir, porque cuando cierro los ojos, creo verte reír.
Me quedo esperando, sentada en el colchón, a que algún rayo de sol me descongele el alma. Y me quedo sin sentir, esperando que llegues –de repente- para perdernos de la mano entre las sábanas celestes.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hermoso. Me llevo "...se escucha el sonido de una ciudad (...) que desafía a los sueños para mantenerlos despiertos".

José Bejarano dijo...

impresionante muy bueno, me encanta, como describir este sin fin de sensaciones?

Fany dijo...

Jo...que bonito... :_( la verdad esque se siente la soledad y las ansias que describes.. :S

Pero, es muy bueno..

Nos leemos prontito!

Besos!

Unknown dijo...

Manos, sabanas celestes...