domingo, 21 de septiembre de 2008

Algún extraño (conocido)

Y otra vez el corazón amordazado, con sus paredes llenas de candados, una vez más el miedo a caer en la red de ilusiones que termina atrapando a los sentidos para asfixiarlos lentamente.

Entonces esquivas las miradas que hablan, el tacto que envenena de placer, las palabras que acarician el alma… te sentís a salvo esquivando su piel.

Te escondes entre las sombras de algún sueño viejo, entre las sonrisas -que no son más que un lejano recuerdo-, entre las lágrimas saladas y el sabor de sentirte incapaz… pero viva.

Ahora algún extraño conocido comienza a deshacer el caparazón de tu corazón con sus tibias manos, corrompe tus esquemas para dejar su indeleble huella en tus recuerdos. Y mientras respira agitado, tus oídos se dejan estimular por cuanta frase esperada pronuncie.

Una vez más volviste a desabrigar a tu joven corazón, dejándolo desnudo e indefenso frente al invierno que -a tus espaldas- ese extraño bosquejó.

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