domingo, 21 de septiembre de 2008

Buscando-te

Camino descalza mientras las cosquillas se deslizan por mis pies. Enciendo mi último cigarrillo, a ése que le contaron que pronto ibas a llegar. Mientras el papel y sus tóxicos crujen de placer, aspiro el humo devorándome los sueños. Me muerdo la comisura de los labios entre la noche y la mañana. Espero. Desespero. Me dejo hipnotizar por el humo del cigarrillo que contornea el aire, desfigurándolo, rearmándolo. Entonces el aire se vuelve visible, palpable. Y las esperanzas se agigantan mientras los miedos persisten.

Indeseables, maniatados… los sueños se me van escapando. Ahora las cenizas adornan el piso frío y húmedo. Se ven tan lejanas y diminutas que me dejo caer para observarlas mejor. Me recuerdan a vos. Podrían ser tan parecidas o tan distintas. Podrías estar tan consumido como encendido.

Y la espera, ahora, me desespera. Entonces, mis pies, que ya no sienten cosquillas, se calzan de valentía y salen a buscarte –no sin antes pisotear la colilla de aquél último cigarrillo, a ese que le contaron que pronto ibas a llegar-. Ahora te buscan esperando encontrarte, aún sabiendo que las ilusiones son siempre un engaño.

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